viernes, 6 de julio de 2012

La sal.

Afirmar que el cloruro de sodio o más conocido como sal común, es un peligroso veneno tóxico puede hacer que muchos lectores del blog dejen de leer inmediatamente y que otros continúen la lectura con más interés.

Desde las orientaciones básicas en cuanto a la ingesta de sal diaria máxima recomendada para un adulto, el Ministerio Español de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad a través de la página web de la estrategia NAOS y la del plan cuídate más, la estipula en dos cucharaditas a repartir entre todas las comidas. Lo que viene a ser unos cinco gramos entre todos los alimentos que consumamos. (Una cucharadita de sal = 2,3 gramos de sodio). Que, por oto lado, parece que es el máximo que nuestro cuerpo puede eliminar en un día, si conservamos un óptimo estado de salud.

El portal del plan nos ofrece una calculadora en línea para conocer cuánta sal contienen los alimentos que solemos ingerir. Recomiendo que acudan la web para saber que, por ejemplo, tan sólo comiendo una hamburguesa y una ración de patatas fritas mediana ya nos habríamos pasado en más de un gramo y medio de la dosis diaria recomendada por el Ministerio de Sanidad.

En la página web de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, se afirma que necesitamos sólo una pequeña cantidad de sodio, estipulada entre 180 mg y 500 mg por día aproximadamente, entre menos de 2 a 5 cinco gramos, para que nuestros cuerpos funcionen correctamente.

Teniendo en cuenta esto último y para situarnos dentro del mínimo recomendado, el listado de alimentos que contienen sodio de la Ceveland Clinic nos informa de que bastaría con 30 gramos de cacahuetes o una ensalada con abundante remolacha, apio y zanahoria para alcanzar el mínimo de sodio diario recomendado.


La sal se ha venido utilizando como conservante durante muchos siglos y no porque el cuerpo la necesitara.

Aparte de estar relacionado su consumo con hipertensión, afecciones coronarias, irritabilidad, retención de líquidos, sobre carga de trabajo para los riñones , cataratas y que, por otro lado, en el año 2010 la O.M.S pidiera crear unas leyes que reduzcan la sal en las comidas . Una de las razones más importantes para dejar de utilizar el cloruro de sodio es que actúa como una droga al insensibilizar las papilas gustativas y crear una dependencia, según Marc Ams en su libro "Water Connection". Coloco aquí un enlace inspirado en esa obra.
El autor del texto, como muchos otros higienistas, considera la sal como un mineral "inorgánico" más, no necesario para nuestro organismo, que se sedimenta en nuestras arterias del mismo modo que la cal en las tuberías. El doctor Allen E. Banik también lo corrobora en su libro "La elección es clara".

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